Episodio 4
Episodio 4: Purga
Hielo…
En las
profundidades del bosque Asítico el caballero Deiniel procede a pie en busca de
su objetivo, hace meses que comenzó esta larga empresa y con dedicación a
superado cada obstáculo que se le ha metido en medio. Cargando con la cruz de
su pasado, de sus seres queridos, de su patrimonio y su pueblo, se adentró en
el peligroso bosque armado con un escudo de Hierro Negro, tan caliente que al
tacto es capaz de quemar la piel, y un hacha de Hielo Puro, cuyo poder tan
intenso le calcinaba el brazo entero, reventando sus tendones y fundiendo sus músculos
al arma, cobijado con un manto de cuero grueso para hacer frente al feroz
viento que representaba el aliento salido de las fauces de los demonios que lo
arrastrarían al infierno. Caía la noche pero la vegetación lo mantenía todo
bien iluminado, la única diferencia es que mientras más le cubría la luna más
se moría del frío, pero su determinación lo mantenía vivo, y con a cada paso
que daba podía sentir más el peligro, y solo algo invadía su cabeza.
Miedo.
“Dios ya no está con nosotros, nos abandonó de
nuevo, y esta vez nos quiere probar con toda su fuerza” ––Otra vez–– los
recuerdos de aquella guerra arremetían fuertemente en su cabeza, pero
rápidamente eran ahogados por sus traumas más recientes, vengarte no significa
arreglar las cosas, pero hoy en día aún se arrepiente de haberle matado tan
rápido. Perdido en sus recuerdos siguió de frente hasta que un pequeño sonido
le hizo espabilar, el viento se escuchaba fuerte pero supo distinguir el crujido
de una rama cerca suyo, ya era muy tarde, como si hubiesen despresurizado un
avión en vuelo fue arrojado con tanta fuerza que voló varios metros hasta caer
sobre la nieve tan dura como el concreto, perdió su escudo, y estaba débil, el
intenso frio no le permitía moverse, ni con toda la tecnología térmica del
mundo pudo evitar que penetrara en sus huesos, la inmensa figura se acercaba
lentamente, con lentos movimientos sacó su pistola Vintage apodada Joel, pero
esta estaba atascada con hielo, el gigante se acercaba más y más, con un fuerte
golpe logró destrabarla y a continuación disparó, pero las balas no le hacían
nada, con otro golpe fue mandado a volar una vez más para ser detenido esta vez
por un árbol, ya no podía ver con claridad, con sus últimas fuerza se levantó y
echó a andar hacia cualquier dirección con el fin de alejarse de la criatura,
no podía morir allí, no después de tanto, resbaló por una colina y rodó hasta
la base, fue allí cuando se dio cuenta de que no podría hacer nada, se hallaba
congelado, golpeado, y rodeado por un ejército de gigantes, frente a una nueva reina
de hielo.
Frio…
Existe una orden
llamada Hueco 7, una orden tan poderosa que permanece secreta, y cuyos miembros
se van integrando entre periodos largos de tiempo, esta orden a prevalecido por
tanto tiempo que logró convertirse en algo mucho más grande y domaron las
salvajes tierras de lo que hoy se conoce como Anaco. Deiniel, el señor del mar,
Rey de lo virtual, que vaga por las tierras de Anaco buscándole un nuevo
sentido a su vida, ayudando a aquellos que lo necesitan. Deivis, un ser enviado
por el mismísimo Dios, como una voz para la raza Asítica de Anaco, proclamado
Rey de Hielo por Dios Sergio, guía de
los Gigantes de Hielo, dueño de las tierras del norte. Jhonathan, Rey Flaco,
Domador de Dragones, dueño de las tierras que se encuentran al Oeste de la
Ciudadela, se encarga de mantener la paz en el pueblo Asítico y Enano. Bandido Requena,
líder de las Bandas Negras, dueño de las tierras al Este de la Ciudadela, es el
que administra todo lo relacionado con la producción y distribución de
alimentos, con la pesca y agricultura. El área central se formó para controlar
las áreas exteriores, el centro es gobernado por 2 de los 3 miembros del
Concejo Supremo, José, el Diacono Oscuro, nuestro gran sacerdote, quien nos
transmite la voz de Dios Sergio y la hace llegar hasta nosotros a través de su
templo, y Juán, El Rey Sabio, encargado de administrar Citadel, comida, agua,
ejercito, colonias, lo que sea y también encargado de manejar las relaciones con los exteriores, gobernando con la fuerza
de su sabiduría.
Todos ellos
conforman la Orden del Hueco 7 y son los protagonistas de esta historia.
Han pasado tres
años desde la reconquista de Anaco.
La Tercera Republica de Anaco
se mantenía prospera, el Rey Sabio como todo líder nato logró estabilizar la
economía una vez más, trajo paz de nuevo a las calles, la gente se siente
segura y los problemas sociológicos se calmaron, la gente puede caminar
tranquilamente en las calles de la ciudadela una vez más, El Oeste, ahora al
mando del Rey Flaco, logro estabilizarse, la reconstrucción de pueblos y la
creación de otros contribuyó a preservar a la raza Asítica y llevarla también a
la paz, al Este los pueblos pesqueros y agrícolas están en su apogeo económico,
con Requena al mando, llevó la producción alimenticia por las nubes, ahora todo
Anaco tenia comida para las generaciones siguientes, y la estabilidad ante todo
reinaba sobre estas tierras arrasadas por la guerra, cambios bruscos de
gobierno, y crisis económicas.
El Diacono Oscuro se encontraba
rezando como de costumbre en la base del monolito cuando por fin, después de
tantos años de espera, Dios le mando su tan anhelada señal. “El juicio final ha
llegado”.
––¿Alguna idea
de en dónde puede estar? –– Pregunta Juán ya bastante preocupado.
––Hace ya dos
meses que le perdimos el rastro–– Contesta Jhonathan cabizbajo.
––Estaba en tu
jurisdicción, se supone que lo tendrías vigilado las veinticuatro horas.
––Ya lo sé pero no
tengo idea mano, solo se esfumó, de la nada en un cambio de turno, ya te lo
dije.
––El carajo se
encuentra mentalmente inestable, no podemos dejar que vague en ese estado––
responde Bandido Requena luego de tomar un trago de cerveza.
––Hay que
buscarlo rápido, no podemos perder a más miembros de la orden. Requena, ¿puedes
enviar a tus bandas negras?
––Ya lo hice,
fui el primero al que acudió Jhon–– Jhonathan se encoge de hombros–– los desplegué
hace tiempo y no han hallado nada, a excepción de que algunas personas le han
avistado de vez en cuando pero no sigue un patrón concreto para determinar
hacia donde se dirige... hay discrepancias en las fechas y en si es el o no…
Carajo––Juán
está preocupado, incluso más de la cuenta, hace años que Deiniel decidió
abandonar la orden, tal vez traumado por las cosas que vivió, y comenzó a vagar
sin rumbo.
––Él dijo que no
le molestáramos, pero sabemos que su cordura está inestable, y ya lleva
demasiado tiempo sin vigilancia, quién sabe si hace algo lo suficientemente
fuera de lugar para causar pánico... –– Bandido Requena destapa una nueva
cerveza para que segundos después, como si de un ariete se tratase, entra a la
sala el Diácono Oscuro y no pintaba que trajera buenas noticias.
––¿Que pasa
José? ¿Dios Sergio te dijo dónde puede estar Deiniel?–– Juán se alivió un poco.
––Ya viene.
––¿Perdona?
––Ya viene y con
fuerza.
––¿Deiniel? ––
Bandido Requena se encontraba confundido
Juán se levanta
de la silla, su alivio desaparece ––¿Qué es lo que viene José?
––La purga.
El silencio se
hizo notar en la Command Table. ––¿Cómo? ¿Ahora desde dónde?
––Un ejército de
gigantes, monstruos de hielo, vienen desde el norte
––¿Cuánto tiempo
nos queda?
––No lo sé, pero
supongo que poco.
––Hay que
armarnos, preparen las tropas, no nos dejaremos someter tan fácil al
apocalipsis otra vez.
––Pre.. Prepararé
a las bandas negras–– Requena temblaba.
––¿Estas
nervioso amiguito?–– Pregunta Jhon en tono vacilón.
––No amigo, solo
tengo un poco de frío.
Juán se
encuentra confuso ––Ahora que lo pienso, hace demasiado frío…––
––Cierto... ¿No
se supone que estamos en verano?–– Jhon ahora también estaba confuso.
De reojo, Juán
mira hacia la ventana ––Amigos... esto no puede estar pasando.
Todos salieron
hacia el balcón desconcertados, no podían creerse lo que estaba pasando, abajo
en las calles las personas se paraban en seco, cesaban cualquier actividad que
estuviesen haciendo y salían a las calles para presenciar tal espectáculo.
––Parece que nos
quedamos sin tiempo–– Expresa el Diácono Oscuro con el mismo temor que sus
compañeros ––La Segunda Guerra Santa está por comenzar...
Por primera vez
en 1000 años la ciudadela fue cubierta por nieve.
En la base de un torreón
derruido se encontraba una pobre señora, aparentaba unos 40 años, junto a sus
dos hijas, habían tocado fondo, se encontraban en una situación muy difícil, hace
tiempo que su hogar fue quemado, sin trabajo y sin hogar tiene que cargar con
lo que queda de su familia. El oeste Asítico se estaba recuperando de una
catástrofe socioeconómica, pero muchos de sus ciudadanos no lograron
levantarse, es el pequeño porcentaje desposeído que con toda la razón del mundo
podían decir que lo perdieron todo. La señora que se encontraba sentada en un
pequeño escalón en la base del torreón, junto a sus dos hijas, pedían de comer
a quien se les cruzara en frente, pero nadie les hacía caso, eran lacras de la
sociedad, no le interesaban a nadie,
solo podían quedarse allí, esperando a que ocurriera un mágico milagro,
fue entonces cuando a su izquierda, desde el norte, se acercaba un encapuchado
muy misterioso, parecía humano, el sujeto se acercó y vió a la pobre mujer, el
sujeto que venía cubierto de una capa térmica irradió un acogedor calor y le
extendió una bolsa de comida, solo le alcanzaría para unos días, pero le
bastaría con eso, la señora con ojos llorosos lo miró y le dio las gracias, el
hombre tenía barba y cabello largos, sus ojos eran achinados, parecía un
asítico pero era demasiado bajo de estatura, pero algo muy particular fue su
mirada vacía, como si le faltara algo. Antes de que la señora pudiese decir
otra cosa el sujeto se movió y comenzó a trepar los escalones hacia la entrada
de la torre. “Está cerrada” dijo una de las niñas pero el sujeto hizo caso
omiso, parecía decidido, frente a él se elevaba una feroz puerta de acero bien
desgastada, estaba cerrada por múltiples seguros, parecía impenetrable, fue
entonces cuando sacó una especie de tarjeta y la deslizó por una ranura un poco
escondida, primero se escuchó un aterrador chirrido seguido de un feroz
estruendo, la puerta se abrió, la señora se quedó un poco boquiabierta, la
torre hace mucho tiempo que quedó destruida, y la puerta permaneció cerrada
para cualquier persona, fue entonces que comprendió que el sujeto no era un
simple sujeto, si no que podría formar parte de la orden, luego de ese
pensamiento decidió correr tras el para pedirle ayuda, pero las puertas ya se
habían cerrado.
El viejo torreón de Grecia, la
Lanza del Sol, era una mega estructura casi considerada una metrópolis, llena
de numerosos pisos y pasadizos subterráneos que conectan con cada uno de los cañones
que reposaban alrededor de la torre principal, hoy en día solo es un mar de
escombros que de alguna forma aún se alza hacia las nubes. Deiniel ha perdido
el rumbo, todavía no sabemos por qué esta aquí o si siquiera tiene un por qué,
solo camina hasta la cima, alrededor observa cuadros quemados, candelabros
rotos que aun cuelgan y otros en el piso, el polvo arropa cada una de las salas
por las que pasa, las escaleras de caracol están rotas, al igual que los
ascensores, su subida representa un reto dispuesto a superar. Más o menos una
media hora es lo que estuvo subiendo hasta llegar al salón del trono, una
enorme cúpula destrozada envuelta suavemente por los rayos de luz del ocaso, Deiniel
caminó hacia el trono cubierto de sangre coagulada y se sentó en el
descansabrazos, ––ha pasado tiempo vieja amiga––. Su cadáver no estaba ni cerca
de allí, los restos de Grecia fueron guardados en la cripta de la ciudadela
días después de su muerte, pero el sentía que su alma preferiría descansar en
su trono que en un agujero, para recordar a su amiga sería mejor imaginarla en
su hogar, para eso vino, para recordar, en aquellos tiempos donde jugar lol era
una costumbre, cuando los problemas eran menores y cuando pasaban a grandes los
resolvían junto a sus hermanos, ahora todo estaba perdido, o por lo menos para él,
desde aquel día en esa cabaña su vida cambió bruscamente. Si, logró vengarse,
pero el vacío se quedó allí, le carcome, lo enloquece, su tierra le daba asco,
le recordaba a aquel tortuoso lugar, el palacio le repugnaba, los cuadros, los
recuerdos, todo allí le recordaba a aquella alma, y poco a poco, ya ni siquiera
podía ver a sus amigos, comenzó a vagar, y ahora terminó aquí, recordando una
vez más el infierno, sentado en el descansabrazos del trono, mirando al
horizonte en la cima del mundo, desde su punto de vista la nieve parecía ceniza,
luego miró más allá, y más allá, le recordaba a la muerte, cuando miles de
personas se desvanecían en un segundo, y luego un poco más allá, a la ciudadela,
fue cuando cayó en cuenta de que algo estaba pasando, muchas luces y humo, poco
habituales, señales de alerta de que algo grande se estaba cociendo.
La ciudadela, construida en el
centro de todo el territorio Anaquense, es conocida por ser algo perfecta
debido a su ubicación, no solo está exactamente en el centro, también se
encuentra rodeada por un enorme acantilado, para sorpresa de todos, una
formación natural, tan profunda que da hasta miedo siquiera verlo de lejos, se
dice que cuando el imperio de Betania llegó a estas tierras, sus colonizadores
encontraron este lugar y al asemejarse bastante a una isla al estar rodeada por
tal excelente obstáculo defensivo, montaron una torre, que luego sería un
castillo y se expandiría hasta formar la feroz metrópolis, desde la cual se
comenzaría a forjar un imperio. El acantilado Alexandria tiene como función
principal, a pesar de su historia, la de ser el basurero de todo Anaco, ser una
defensa paso a ser secundario hace miles de años, al fondo de esta grieta se encuentran
grandes toneladas de basura que es traída en camiones de todos lados del
territorio, a los costados de la ciudadela brotan numerosas llamaradas para
quemar todo el desperdicio, y en la otra pared, un poco más arriba, hay enormes
ventiladores que jalan el aire sucio hasta el límite del territorio para evitar
contaminar a la población, una mega estructura perfectamente diseñada para
satisfacer la necesidad de eliminar los residuos. Lo que nos importa ahora de
este enorme agujero se encuentra un poco más arriba de esos ventiladores, algo
que podría asemejarse a unas favelas se alzan a la mitad del acantilado, aquí pertenece
la casta más pobre de la sociedad, un mundo donde el trueque es algo común,
conformado por aquellas personas tan pobres que no encontraron otra alternativa
en el resto de la república, funcionan casi de forma autónoma y al desarrollar
un orgullo lo suficientemente grande no permiten que la ciudadela envíe ayuda
para mejorar sus condiciones de vida, en este lugar donde las personas viven en
agujeros en las paredes y en chozas que cuelgan sobre el vacío es donde se
encuentra ahora Requena, el sabe mejor que nadie que en esta área donde casi
todo es clandestino podría encontrar un arma lo bastante potente como para
ayudar en el frente contra la purga.
La habitación estaba bastante
llena de polvo y tierra, dentro de la pared era increíble ver que gozara de
iluminación, es decir, en las condiciones en las que está es sorprendente ver
un bombillo, no hay decoraciones, y el espacio carece de pintura, para ser una
vivienda parece más un sitio en el que pasar la noche para no quedarse sin
techo, Requena caminó lentamente hasta llegar a lo que parecía ser una mesa de
barro cuando repentinamente un sujeto con una escopeta atravesó la puerta del
fondo apuntando primero y preguntando después.
––¿Quién eres, que quieres y
que mierda haces irrumpiendo en mi hogar?–– pregunta para posteriormente
ponerse nervioso, tras el bandido habían tres sujetos más, vestidos de negro le
apuntan con carabinas.
––Soy el bandido Requena,
administro la región este de Anaco.
––¿Que hace un ricachón aquí?
Sea lo que sea mejor lárgate, no quiero tu caridad.
––¿Caridad? No me hagas, para
empezar, una visita de caridad no requiere armas.
Parecía que el sujeto solo
hablaba sin pensar ––No nos gusta a la gente de Citadel aquí abajo, acaso..––
Requena sacó una pistola y le
apuntó a la cabeza ––Hombre, soy el papá del contrabando, sé bien cuando
alguien está haciendo tiempo.
––q-que de que habl.
––Ya que es obvio que no sabes
quién soy yo, me presentare, soy Bandido Requena, mi primer título es ser el
líder de las Bandas Negras, un grupo enorme de mercenarios, y como buen grupo
que es, tengo espías, y se de muchas cosas, en todo, y sé que tienes algo que
me interesa a mí.
––¿q que popodria yo tener que
le interése?
––He escuchado que esta zona
se caracteriza por no querer obedecer a la ciudadela a pesar de estar bajo su
culo, sé que aquí hacen muchas cosas que en otros lados estarían prohibidas, y sé
que tú tienes conocimiento de varias personas que hacen cierto tipo de cosas
prohibidas.
––¿Cómo qué?
Requena levanta una ceja ––Magia.
––¿Magia? Estás loco.
––Lo suficiente para volarte
la cabeza si sigues haciendo tiempo, y amigo mío, eso es lo único que no
tenemos, veraz, afuera de este agujero está a punto de desatarse el infierno,
la purga se acerca y debemos prepararnos.
––No creo en sus
supersticiones, aquí abajo no obedecemos a su religión.
––Oh, pero esto no es cuestión
de religión, de si quieres creer o no, pero en mi caso estoy hablando de una
realidad, algo muy real, y se aproxima en forma de ejército desde el norte, un ejército
dispuesto a matar a lo que sea, y si no conseguimos toda la ayuda posible absolutamente
todos moriremos, incluyéndote a ti.
––… y que--––
––Quiero que me lleves al
culto de los pirománticos, si tu no quieres hacer nada, bien por ti, sé que tú
no sabes nada de magia, así que de todas formas no me sirves más que como una
pequeña diana.
Luego de unos minutos de feroz
persuasión, el sujeto decidió de buena gana guiar a Requena, atravesaron una
casa suspendida sobre el acantilado para atravesarlo.
––Es bastante peculiar y
curioso cómo viven aquí, es tan… fuera de lo común.
––Para ustedes que viven en
mansiones debe ser bastante difícil de entender.
––Para nada, yo he conocido lo
que es vivir en las bajo el suelo y surgir de las cenizas, entiendo que el ser
humano se adapta a su entorno, es curioso como tienen barrios dentro de las
paredes y como tienen... Esto, una casa suspendida sobre el vacío, cuyo único
apoyo son unos cuantos cables.
Pasaron por varios puentes hasta llegar a la
otra pared, en el lugar se hallaba una cuerda, el sujeto la arrojó al vacío y
comenzaron a descender, al final había una pequeña cornisa.
––¿Y en todos lados es así? Es
decir, ¿todo el acantilado tiene casas? ¿O solo esta sección en específico?
––No lo sé, yo solo estoy al
tanto de mi rancho.
––Siempre atento de defender
el patrimonio, es una pena que sea tan fácil entrar, cualquiera puede irrumpir
sin tu permiso.
––Cualquier loco como tú.
––Cuidado con tus palabras,
soy muchas cosas pero ciertamente no estoy loco.
Siguieron la cornisa hasta
encontrar un área abandonada de mantenimiento, bajaron hasta llegar cerca del
interior de uno de los lanzallamas destinados a quemar basura.
––Hasta aquí llego yo, detrás
de esa puerta están los pirománticos.
El sujeto dio media vuelta y
se detuvo en seco cuando Requena le apuntó con su arma ––¿En verdad crees que
te dejare ir tan rápido? Detrás de esa puerta hay gente peligrosa, yo nunca en
mi vida he visto magia ni se cómo funciona o que tan poderosa es, si es tan
peligrosa que Juán decidió prohibirla, mejor que alguien conocido me presente porque
si las cosas salen mal, dudo que mis armas sirvan de algo, luego te dejare ir.
––Me mataran por haberte traído
aquí
––Si no te mata el fuego te
matará el hielo.
La piromancia es una de las
ocho magias que existen, violenta y salvaje, no es tan peligrosa como la magia
oscura, pero su poder es enormemente destructivo, practicarla en secreto es
demasiado complicado debido a que fácilmente puede llamar la atención, por lo
que este lugar era perfecto, dentro de uno de los lanzallamas, por fuera pareciera
que funcionaba normalmente pero por dentro se hallaba desactivado, las fuertes
llamas que salen hacia el exterior son de magia pura.
Requena atraviesa el umbral y
extiende sus brazos “amigos, les tengo una oferta”.
4 Am, el velo de la noche es
interrumpido por unos escasos rayos de sol, el Rey Sabio se encuentra de pie a
las afueras del control norte, donde antes había una enorme fuerza de seguridad
para evitar un colapso demográfico, ahora se encuentra el frente de lo que
puede ser otra batalla sangrienta, y al otro lado del enorme campo nevado, el
oscuro bosque. El Bosque Asítico siempre fue un lugar lleno de secretos, lo que
no era secreto es que las tropas del mismísimo dios se encuentran dentro de él,
ya vinieron una vez, y hoy volverán. Arriba del bosque una imponente figura
sobrevuela la vegetación, el enorme dragón atravesó el campo rápidamente y
descendió frente a Juán.
––¿Que ves? –– pregunta el rey.
––Nada–– Jhonathan baja del dragón
––Todo lo que se ve es bosque, si están allí, están debajo de todos esos árboles.
––Ya veo… será igual que
aquella vez.
––Si, los escáneres tampoco
hacen nada, la interferencia es alta, los sensores de calor tampoco, son seres fríos,
luz ultravioleta, radar, pulso, nada puede encontrar nada.
––…
Silencio.
––¿Cómo va el frente? ––
pregunta Jhonathan.
––Está todo el ejército Anaquense,
la Guardia Real, las DRDR, Asíticos y Enanos, los tanques llegaran en breve,
Bandas Negras, Minotauros, Colosos y cualquier civil que decida pelear.
––¿Será suficiente? –– de
alguna manera, Jhon ya conocía la respuesta.
––No.
––La última vez ganamos
gracias a Raúl…
––Y su insensatez… así es…––
un nebuloso recuerdo llega como se va, en un instante.
––¿Te arrepientes verdad?
Juán sabe a qué se refiere ––Si,
en estos momentos me encantaría poseer algún arma atómica.–– luego de lo de Raúl,
todo Anaco fue desarmado, sin bombas atómicas, sin armas biológicas.
––Parece que estará un poco
difícil…
Más silencio
––No bajes del cielo.
––No lo hare, ¿y Requena?
––No tengo idea, dijo que tenía
una corazonada, y como de costumbre desapareció.
Mas Silencio, Jhonathan hace lo posible para
mantener una conversación
––Intenté traer más dragones,
pero creo que saben lo que puede pasarles…
––Todos tenemos miedo.
––Asi es…
Miedo.
El ambiente se siente más
oscuro, el clima parece que empeora, no es que se esté haciendo de noche,
parece que aquella aura mágica que sacude el alma de todos empieza a
manifestarse no solo como el miedo a la muerte. Cerca del enorme Torreón se encuentra
una base militar, Deiniel intenta llegar en busca de ayuda, pero cuando lo hace
nota, y para su sorpresa, que esta vacío, el complejo parece muerto, no es el
fuerte lleno de soldados y espadachines marchando y combatiendo que recordaba,
en su lugar solo hay unos cuantos soldados y personal de mantenimiento, al
llegar a la puerta es detenido. ––¿Qué
se le ofrece joven vagabundo?–– Pregunta un joven guardia de seguridad,
aproximadamente de unos 20 y con bastante falta de respeto.
––Quiero que llamen a Nasas––
El tono de Deiniel mas que melancólico parece determinante.
––¿A quien se le confiere tal
honor?–– Pregunta una vez más el vigilante, con un tono de voz aún más
vacilante.
––Deiniel Romero–– Contesta.
––Claro. –– obviamente no se
lo creé, pero seguidamente su aura de orgullo cambió drásticamente a una de
estupidez cuando su superior recién saliendo del complejo le llama la atención.
––Es un placer volver a verte––
frente de Deiniel se levanta una alta figura lo bastante imponente como para
hacer tropezar a cualquier joven soldado intimidado por su vista, con un cuerpo
humano, armadura plateada de metal enano, envolviendo al metal una chaqueta
militar gruesa con pelaje de oso y varias medallas, en su mano izquierda sostiene
un martillo de madera asítica, y en lugar de cabeza humana, una feroz cabeza de
chacal con una mirada tan potente capaz de arrancarte el alma. ––Pasa.
La historia de cómo Deiniel conoció
a Nasas no es de las más espectaculares, pero si tal vez es un poco
conmovedora, durante la primera guerra santa solo eran los humanos contra las
criaturas mágicas, al ganar los humanos las criaturas mágicas fueron sometidas
a la esclavitud, a ser obligadas a trabajar para el mantenimiento de la
ciudadela y para construir nuevos poblados en los alrededores. Nasas era solo
un cachorro de algo parecido a un Siervo de Anubis, cuerpo humano y cabeza de
chacal, con una piel oscura capaz de soportar el sol abrazador, no recuerda
haber nacido, muchas de las criaturas solo aparecieron de la nada, pero desde
el momento en el que comenzó a existir siempre ha estado sola, hasta que un día
Deiniel la encontró y la acogió. Y ahora parece ser que el mismo evento que los
juntó hace mucho tiempo, los vuelve a juntar una vez más, tal vez solo por obra
del destino, ya que si le damos vueltas, Deiniel no planeaba venir aquí en
primer lugar.
––Necesito un transporte.
––¿Para qué? –– Las enormes
orejas de chacal se estiran en señal de curiosidad ––No estarás pensando…
––Así es, voy hacia allá–– Deiniel,
un poco melancólico, contesta con firmeza.
––¿Para?
––Prestar mi ayuda, no puedo
dejar que combatan solos.
––Sabes que es suicida.
––Ya he enfrentado la muerte
muchas veces, ¿Cuál es la diferencia?
––¿Disculpa? –– Nasas se
encorva ––esa no es una respuesta muy propia de ti.
––¿Que sabes tú sobre lo que
es propio de mí?
––Porque te he conocido, y sé
que cuando te toca luchar tienes esa mirada que te dice que luchas por algo,
pero ahora parece que quieres luchar por luchar.
––¿Eso no es lo que hacen los
soldados?
––Los soldados tenemos motivos
para luchar, luchamos por el bien común, por la seguridad de nuestra gente, no porque
no le tengamos miedo a la muerte, la muerte es lo que nos ayuda a mantenernos
vivos, ahora dime, ¿porque ya no le tienes miedo a la muerte?
––…
––Deiniel, ¿cuál es tu razón
de vivir?
––Mi razón de vivir… está
muerta.
Afuera del recinto comienza a
caer nieve, en el territorio Asítico podría decirse que es algo normal, pero
esta nieve es diferente, no provoca emoción ni paz, provoca tensión, el aire se
siente más pesado, comienza a saber a oxido, a provocar la sensación de que más
que ir bien, algo malo esta por pasar, y en pocos minutos el manto helado cae
sobre el complejo, y el recinto comienza a forrarse por una fina manta blanca.
––Por Sergio…–– Nasas se
encoje de hombros––Sabía que había muerto, pero no sabía el cómo… lo lamento
mucho Deiniel.
––Lamentarlo sirve de poco a
estas alturas… supongo…
––Todo lo que has vivido en
ese momento es terrible, ya decía yo que no te sentía psicológicamente bien
––ESTOY BIEN–– Deiniel alza l
voz ––No me he vuelto loco, ya basta con eso, solo… estoy cansado.
––… ¿y por qué no descansas?
Amigo mío.
––¿Por qué? no puedo abandonar
a mis amigos.
––Y yo tampoco a los míos, supongo
que iremos al infierno.
––No te estoy pidiendo eso.
––Lo sé, pero no quiero que te
mates o peor, además, tenemos razones para luchar ¿no?
Deiniel se encoge de hombros,
el ambiente, la nieve, las tensiones, sabe muy bien que lo que está por ocurrir
será una segunda guerra santa, hace mucho tiempo luchó lado a lado con sus
hermanos para defender a su gente, parece que las cosas a veces suelen
repetirse. ––Si––. Nasas y Deiniel bajan al hangar, allí toman uno de los pocos
vehículos blindados que quedaron, y acto seguido, salieron a toda marcha en
dirección este, hacia la ciudadela.
––¿Hora? ––pregunta Juán sin
alejar la vista del bosque, por cada segundo que pasa la presión en su pecho aumenta.
––4:20–– responde Jhon, ni
siquiera con el cripi parece poder relajarse.
Juán, aprieta la empuñadura de
su espada cada vez con más fuerza, siente miedo, estará solo, pero solo él
puede acabar con esto de forma rápida ––Espero que el plan funcione.
––Yo también–– Bandido Requena
aparece entre las turbas de gentes ––traje lo que te prometí.
Tras Requena, un pequeño grupo
de pirománticos se alzaba, vestían ropas modernas, no tenían la pinta de
brujos, pero Juán sabe que si lo son y los ve con asco, hace mucho tiempo la
magia fue prohibida, y ver que existe gente que viola sus reglas le hace
molestar, aunque es algo hipócrita pensar así cuando el también usa magia
bendita, como sea no es tiempo para que se ponga a pensar en eso, se aclara la
garganta ––Bien, entonces ya saben que hacer, supongo.
––Se los expliqué por el
camino, saben qué hacer.
––Entonces confío en ustedes
mis hermanos–– lentamente Juán vuelve su mirada de nuevo al bosque ––Tenemos
que terminar de preparar esto, Jhon, Requena, organicen dos grupos y terminen
de colocar las minas que faltan por favor.
––Entendido–– Jhon, que ya se
había preparado, arrastra la pesada caja y la deja a los pies del dragón para posteriormente
llevársela volando, Requena por su parte comienza a moverse luego de ordenar a
los magos ponerse en sus puestos, cada vez falta menos.
En las faldas del bosque, Jhon
está a punto de finalizar con su parte, a lo lejos divisa la enorme ciudadela
cubierta de nieve, es increíble verla así, no es algo normal, es algo que le
recuerda mucho a el duro pasado, muchos capítulos pasan por su cabeza pero el más
nítido de sus recuerdos parece ser el más reciente, cuando por acompañar a su
mejor amigo hasta el final fue desterrado, lanzados desde la parte de atrás de
un camión, con su compañero desmoralizado, recuerda cuando trabajó en una
granja y en ella el cómo soportó el duro frio del invierno como en estos
momentos, recuerda el día en el que llegó un viejo amigo y le hizo recordar el por
qué seguimos adelante, y se entristece al recordar que no pudo devolverle el
favor, pero no todo es malo, recuerda que luego de eso, llegó esto otro, lo
miró fijamente y recordó aquella vez en la que se aventuró a una cueva tan
peligrosa y tan exótica que hasta poseía su propio bioma, y cómo fue que al
salir de ella, salió renacido, su compañero extiende sus alas y recuerda que el
también hizo cosas maravillosas. Pero seguidamente un escalofrío, y el enorme dragón
vuelca su vista hacia el bosque iluminado por su vegetación ––¿Qué pasa
patuleco? ¿Qué miras?–– sorpresa para Jhonathan al notar que dentro del bosque
se mueven sombras ––michu michu–– al dar la orden se sujeta del lomo de la
bestia y emprende vuelo, dispara una enorme bola de fuego. ––¡ESTAN AQUI!.
––Maldición–– Juán desenvaina
la espada.
Saliendo del
bosque, lentamente se alza el ejército de hielo, gigantes tan altos como árboles,
elevando enormes masas de hielo puro al aire, y en este, Anivias, enormes aves
de hielo comienzan a surcar el cielo, lo suficientemente grandes como para
derribar un helicóptero, pero varios de ellos son asesinados por los disparos
de cazas MIG pilotando a alta velocidad, los cuerpos caen sobre la densa nieve,
y sobre esta, Huargos, Driders, lobos de hielo gigantes, zorros fantasmas y
cantidad de Asíticos salvajes avanzan lentamente al paso de los gigantes.
¿Acaso las nuevas armas de la guerra moderna podrán esta vez? El espíritu guerrero
es bastante potente pero armado únicamente de espíritu no se ganara una guerra.
––Solo se necesita la voluntad
de un hombre–– Juán se coloca en guardia.
Requena se impacienta ––¿Juán
lo hacemos ya?
––Aún no.
––Son demasiados, podríamos
diezmarlos ya.
––No desesperes, hermano, aún
es demasiado pronto, solo sigue el plan–– mientras dialogan, una feroz masacre
aérea se lleva a cabo.
––Ya casi llegan–– Jhonathan
se monta en su dragón una vez más, listo para alzar el vuelo. Las enormes
Anivias cruzan las líneas, los antiaereos comienzan a disparar a su vez que los
aviones derriban la enorme parvada.
––Recuerden que no pueden
volar tan bajo, corto–– Requena les avisa por radio, casi detonan un misil
cerca de su posición, al frente de Requena se extiende una enorme columna de
soldados de todo tipo, desde espadachines hasta artilleros, pasando por
pistoleros, francotiradores, y criaturas míticas tales como minotauros,
centauros, colosos, y detrás de ellos una fila de pirománticos, todos a la
espera.
Atrás de todo, en las faldas
del bosque, Deivis espera mientras sus tropas avanzan lentamente, observando la
feroz batalla en las nubes, los gigantes llegan hasta la mitad del campo, a
pasos enormes, cuando de repente uno de los huargos pisa una mina. Deivis observa
tranquilamente como toda una fila de minas estalla bruscamente a lo largo del
campo de batalla, él no lo sabe pero esa era una señal.
Cierra los ojos, respira ––Hasta
que el cuerpo aguante… ¡AHORA!–– Juán grita la orden de actuar y posteriormente
con su arma cargada de magia bendita, suelta una feroz carga como si de un rayo
se tratase, atravesando la vanguardia enemiga tirando por el aire a las
pequeñas criaturas y haciendo que las grandes se tropiecen, solo para detenerce
en todo el centro de las tropas enemigas liberando una violenta onda de choque.
Requena al escuchar el grito de Juán, acciona el detonador que tenía entre sus
manos, acto seguido una segunda hilera de minas a los pies del bosque estalla
con más violencia que la anterior manteniendo una enorme parte del ejercito de
hielo encerrada entre dos grandes muros de fuego. Esta jugada sí que no se la
esperaba, y Deivis es empujado hacia el frente sostenido con su hacha para
evitar besar el suelo, ahora comienza a caminar. Las hordas humanas comienzan a
avanzar, cada soldado humano y mítico dispuesto a pelear por su libertad
comienza a correr disparando contra la columna de fuego a la par que potentes
descargas de artillería agitan el campo de batalla, todo marcha bien hasta que
de un segundo a otro una enorme columna de polvo los arropa limitando la
visión. Arriba en el cielo Jhon a lomos de su dragón descarga potentes
llamaradas contra las tropas enemigas, las aves gigantes lo atacan pero es
escoltado por veloces cazas, y desde la distancia, helicópteros de combate
disparan contra los enormes gigantes. Dentro del campo de batalla ahora
cubierto por el polvo, Juán se pone en guardia, carga la magia de su espada,
esperando que de la densa niebla aparezca el primer combatiente, al fondo nota
varios lanceros Asíticos, y cuando decide cargar contra ellos una enorme mandíbula
amenaza con devorarlo entero, su primer rival es un lobo gigante, casi tan alto
como los gigantes, Juán espabila luego de maldecir con todo su espíritu y
comienza a arremeter contra las patas de la bestia.
Todo parece ir a favor de los
humanos, huargos y drider son asesinados por ráfagas completas de M60, o por
tiros precisos de francotiradores, miles de cadáveres de asíticos se apilan en
el campo y la vanguardia de criaturas míticas y espadachines evitan el avance
de los enemigos, Deivis en el mar de polvo pone su mentalidad fría, el vino
aquí por un objetivo en particular, quiere recuperar aquello que le fue
arrebatado, y no dejara que lo venzan de una forma tan fácil, alza su hacha al
aire y detona una enorme ráfaga de rayos de hielo alrededor de 20 kilómetros a
la redonda, varios de los rayos golpean Casttle Brotherhood creando enromes
carámbanos de hielo, los rayos arremeten contra cada avión en el aire de bellas
máquinas de combate cambian a volverse feroces misiles que se estrellan en
todos lados, matando a todo el que se cruce en su camino, columnas de
pistoleros, artilleros e incluso varios gigantes de hielo son alcanzados y
derribados, el infierno controlado ya no
es controlado, y todo se vuelve un mar de llamas y polvo.
––¡DERECHA DERECHA, NO,
IZQUIERDAAAAA!–– Le grita desesperadamente Deiniel a Nasas para esquivar por
poco un F14 que se acaba de estrellar a su derecha, la lluvia de fuego los
obliga a mantenerse en constante movimiento pero el atropellado terreno los
empuja cada vez más cerca del bosque ––¡QUE MALDITO INFIERNO ES ESTE!
––¡Solo cae mierda del cielo,
aun no llegamos al infierno! –– Grita Nasas luego de esquivar un enorme
agujero, seguido de un bache, y luego a la izquierda otro avión se estrella,
acto seguido una lluvia de balas azota al jeep blindado, ambos agachan la
cabeza y quitan la vista del camino, al asomarse Nasas nota que otro avión está
a punto de caerles encima y gira a la izquierda, atropellan a un huargo para
seguidamente entrar en un manto de polvo.
––¡No veo tres en un burro!
––¡¿Cuál burro?!
––Es una expresión–– la calma
de la oscuridad que los rodea se rompe cuando atropellan a un joven Asítico,
luego a otro, este último termina en la parte trasera del jeep y ataca a Deiniel.
Casi le apuñala en el corazón pero el tambaleo del vehículo no lo permite, Deiniel
desenfunda su característica pistola vintage y le vuela la cabeza, no es la
primera ni la última vez que matará a alguien.
––¡Deiniel busca blancos, usa
la ametralladora!.
Deiniel se vuelve y coloca sus
manos en el gatillo de la gatling fijada en la parte trasera del vehículo, el
jeep está diseñado para poder usar esta arma en todas las direcciones, Nasas
enciende los faros y Deiniel deposita una enorme cantidad de balas a sus 12, asesinando cantidad de Asíticos y Driders,
hasta que uno se le engancha al lado, sigue vivo ––Maldita sea–– el Drider
comienza a trepar con gracia hacia el interior del vehículo e intenta hundir
sus filosas patas en el artillero, pero Deiniel es más avispado, por años ha
desarrollado sus reflejos jugando LoL, un antiguo juego humano, con un rápido
movimiento saca su pistola y dispara, el disparo roza la cabeza de su enemigo
pero logra aturdirlo, acto seguido pone a girar una vez más el cañón rotatorio
y descarga la minigun contra el pecho del Drider cortándolo a la mitad.
––¿Todo bien allá atrás?
––De mara--–– de la nada el vehículo
choca contra la pata de un lobo de hielo gigante y se frena en seco, para su
fortuna el lobo sigue avanzando cuando una potente descarga de artillería cae
sobre él, volándole la cabeza, al caer en seco disipa gran parte de la niebla,
para rebelar que están rodeados por una enorme cantidad de enemigos, Deiniel
coge una carabina que estaba en la maletera y Nasas se arma con su M60, y
lentamente vuelven a desaparecer en el manto de polvo.
Esto se siente como estar
dentro de una bola de hámster, dando vueltas de giroscopio sin un orden
especifico, pero cayendo a gran velocidad desde dos mil metros de altura, a
pesar de lo rápido que se elevaron, los rayos consiguieron impactarles, ahora
el dragón tiene un ala congelada y Jhon lucha por reventar el hielo que cubre
la boca de la majestuosa bestia. Es muy difícil mantener la conciencia a tal
altura y más con esta velocidad, pero Jhonathan no se rinde, con su piqueta
sigue arremetiendo contra el hielo hasta que abre un pequeño orificio ––¡Yepeto,
Patuleco inhala! ––el dragón vuelve a respirar y quema los átomos de oxigeno
que pasan por su boca para expulsar una lenta llama que consigue derretir todo
el hielo de su trompa, acto seguido lanza una llamarada contra su ala
paralizada, derrite el hielo, y de un segundo a otro vuelve a mantenerse fijo
en el aire para que casi por sorpresa fuera atacado una vez más en vuelo. ––¡qué
carajo!–– Wyverns, familia de los dragones pero más pequeños y ligeros, sin
garras en las alas, solo patas traseras y una cola afilada como sus dientes,
varios de ellos se intentan guindar al dragón pero este logra esquivar y
achicharrar a varios en vuelo, otro más se acerca a toda velocidad, el dragón
exhala y lo pulveriza, detrás de la cortina de humo otro aparece y consigue
engancharse, intenta morder a Jhon pero este lo esquiva arrimándose a la derecha,
al volverse nota que el Wyvern ataca con su cola obligando a Jhon a regresar a
la izquierda, otra embestida, Jhon desenfunda la escopeta recortada y le atina
en el ojo, el grito es desgarrador y el Wyvern se suelta, y antes de ser
achicharrado por el dragón es desmembrado por el obús de un antiaéreo, lo mismo
con otro, con el siguiente no, el dragón se defiende con fuego, luego es
interceptado por una Anivia del tamaño del dragón, esta hunde sus garras en su
vientre, el dragón hace lo mismo y clava sus dientes en el cuello del enorme
ave, este se reúsa a rendirse, así que Jhon carga de nuevo su recortada y
dispara dentro de la boca del enorme ave de hielo, seguidamente esta cae en
picado al suelo.
Varios Wyverns, más pequeños y
rápidos que las Anivias arremeten contra los helicópteros destruyéndolos uno
por uno, son derribados por fuego antiaéreo, misiles tierra aire y feroces
bolas de fuego controladas por los hábiles pirománticos, pero a pesar del
esfuerzo humano todos los vehículos aéreos son finalmente eliminados, Requena
observa indignado, se voltea, observa como un gigante de hielo le vuela la
cabeza a un coloso de un martillazo, el coloso cae al suelo levantando más
polvo, de repente todo esta oscuro, nadie sabe a dónde dispara o si le disparan
a algo ––maldición ¿de donde salen tantos?–– escupe Requena cuando escucha un
grito desgarrador, desenfunda el revolver de pulso y sale corriendo, el enemigo
superó a la vanguardia y travesó las líneas defensivas, todo se va a la mierda
y ahora hay nula visión, la desventaja más grande es que el enemigo lucha
cuerpo a cuerpo y los humanos perdieron la distancia que los separaba de la
muerte, al llegar al área del grito nota dos cadáveres y un tercer tipo atravesado
por cuatro patas de un Drider, este último con una quinta pata apuñala a otra
persona y con una sexta le corta la garganta al tipo que tenía atrapado en el
suelo, Requena no lo piensa dos veces y abre fuego, el revolver de pulso es lo
suficientemente fuerte como para atravesar la coraza de un tanque, el Drider
cae al piso, Requena deja de correr y camina entre el mar de polvo, se escucha
toda clase de ruidos pero nada cerca de él, sigue caminando y mata cualquier
asítico que se abalance contra él, cuando de repente como si de un muerto viviente
se tratase un Drider sale de la tierra y atrapa a Requena con sus manos Requena
no lo piensa, dispara al piso y le vuela la cabeza, otro Drider lo embiste, Requena
aunque confundido por el ritmo de los ataques sigue disparando, le vuela dos
patas y luego el abdomen, su enemigo no consigue levantarse, al intentar darle
el tiro de gracia es derribado por un Huargo que salta desde la oscuridad, Requena
tira su arma para tomarlo del cuello y evitar que el canino cierre su mandíbula
en el suyo, la cantidad de fuerza que está utilizando no es normal ––Para tu
mala suerte estoy yendo al gimnasio, maldito–– Requena le escupe en la cara
varias veces pero el lobo no para ––hijo… de puta–– Requena alza su cabeza y le
muerde la nariz al Huargo antes de que este le pudiese morder, rueda sobre sí
mismo, coge la pistola y le dispara en la cabeza, esta vez se ha salvado por
poco pero esta lucha no acaba, sigue caminando hasta que se topa con el cadáver
de un alto mando de las DRDR, toma su pistola de bengalas y dispara una bengala
roja al aire, esta sobrepasa el manto de polvo y cubre un poco el cielo
anunciando la retirada.
Puñalada tras puñalada, corte
tras corte, luego de encarar a la magia oscura estos combates resultan fáciles,
alrededor de Juán, se alza una montaña de cadáveres de todo tipo, de ellos
surgen combatientes insistentes, Juán corta la cabeza de cada Asítico que no se
decida parar, otro Huargo corriendo, carga y descarga una ráfaga de energía
contra el lobo, lo parte en dos con su espada, baja la colina de cadáveres,
entabla combate con otras dos personas abajo, primero esquiva, luego ataca,
repite, mata, avanza, lentamente, la artillería continua, el polvo se sigue levantando,
y sigue luchando, cuando de repente una enorme pata de lobo aterriza frente de él,
los lobos gigantes son aproximadamente de la altura de un edificio de dos
pisos, son rápidos y letales, unas muy buenas máquinas de destrucción masiva, Juán
carga su arma una vez más y realiza un corte cargado de magia bendita, mutila
al animal y este cae al suelo disipando la cortina de polvo.
Todo se vuelve claro de nuevo,
para su sorpresa no se encuentra rodeado, la nieve está teñida de rojo, trepa
el cuerpo del animal y para su sorpresa, a solo unos cuantos metros de
distancia lo ve, un viejo amigo, Deivis, este también lo ve a él y deja de
caminar, Juán clava su estoque en la cabeza del lobo, descarga energía y
revienta su cráneo, saca el estoque y carga contra Deivis, este esquiva y
devuelve el ataque, Juán también lo esquiva, Deivis clava el hacha en la
tierra, libera magia y de un segundo a otro cristales de hielo surgen del
hacha, Juán salta hacia atrás pero Deivis se abalanza contra él, el hacha pasa
por la cabeza de Juán luego de agacharse, Juán da un saltito hacia delante e
intenta cortar su pierna pero Deivis a pesar de su tamaño no es tan lento, con
su mano libre descarga magia de hielo y congela el pie de Juán, este cae pero
se libera rápidamente con el filo de su espada, con un potente giro de cadera
lanza un nuevo ataque pero cuando se percata, la enorme hacha de hielo puro
esta por reventar su cabeza, cambia de trayectoria y ambas armas chocan
generando una onda expansiva, creando distancia entre ellos, una nueva descarga
de artillería cae sobre el terreno y nuevamente se levanta el manto de polvo.
Juán tambalea mientras hace el
máximo esfuerzo para abrirse paso entre el espeso aire, ni siquiera puede verse
lo que tiene frente a su nariz, pareciera que el tiempo que lleva aquí fuese
toda una eternidad, sus pies pesan a la vez que su alma, cuando le parece
divisar algo, lento, al otro lado de la cortina, parece divisar una sombra, tal
vez sea el contrincante, la sombra desaparece y trata de reencontrarla, y de un
segundo a otro es atacado por la espalda y derribado, está desarmado,
forcejeando para evitar que la enorme hoja no corte su cuello, lanza una patada
y hace retroceder al asaltante, este contraataca, Juán esquiva la enorme
guadaña por poco, mete su mano en la bolsa y saca una granada sónica, la detona
cerca y ambos quedan aturdidos, la onda de choque despeja el espacio y es
cuando logra ver a su agresor, era Raúl.
––¿Juán? –– Raúl esta
perplejo.
––Bastardo–– Juán se enfurece más
––Donde mierda has estado estos cuatro meses, te dimos por muerto.
––Aquí, en donde más.
––¿Por qué no responde al
radio?
––No tiene batería, se me
acabó en la segunda semana
––¿Sabes que estamos en guerra
no?
––Maldita sea, lo sé.
––¿Y qué haces aquí? Perdiendo
el tiempo.
––¿Perdiendo el tiempo? ––
Raúl empuña la guadaña con fuerza ––¿Que estás hablando tú de perder el tiempo?
¡Parece que se hubiesen olvidado!
––No nos olvidamos, solo que
hay otros asuntos más importantes
––¿Cómo cuáles?
––Los ciudadanos, estoy seguro
de que puede cuidarse solo.
––Si puede cuidarse solo ¿por
qué no ha aparecido en estos seis meses?
––Llevaba dos meses cuando te
fuiste, tal vez estas buscando donde no es, tal vez este a salvo en otra zona
de la región, con esta niebla no se ve nada, ¿Cuánto tiempo llevas vagando en
esta niebla?
––Lo suficiente para darme
cuenta de que no está por aquí, está en el bosque.
––¿Cómo lo sabes?
––No hay otro sitio, y no
puedo entrar allí solo, pero no podemos ir varios sin que se den cuenta
––¿Y entonces que planeas?
––Esperar.
–– ¿A qué? ¿a perder la guerra?
––Esperar una oportunidad de
entrar sin ser visto y encontrarlo
––Raúl no estas siendo co––––
Una repentina explosión los alza por el aire, caen al suelo, Juán queda inconsciente,
pero Raúl aún puede dar pelea, frente a su cara un enorme minotauro con un
martillo de hielo se alza y se acerca poco a poco.
Raúl esta consiente de que no
puede luchar con Juán allí, tiene que sacarlo, le toma en brazos y sale
corriendo, la criatura los sigue rápido, Raúl saca la pistola y dispara a la cara del monstruo, el cabron persiste, y
para sorpresa de Raúl, dos más entran en su campo de visión, los están
rodeando, sigue corriendo con Juán en hombros pero no es suficiente uno logra
colocarse frente de él, Raúl decide entablar combate, suelta a Juán y empuña su
guadaña, corre hasta las piernas y corta los tendones, la criatura cae no
después de soltar un enorme aullido y suelta el martillo, con un golpe de
gracia clava la punta de la guadaña en el ojo de la criatura y la mata, pareció
sencillo, pero para cuando se dio cuenta, alrededor de 20 estaban a su
alrededor, fin del juego.
El Diacono lo sabe, todo
acabara pronto.
Juán despierta, arropado por
la tenue luz de una vela, todo se siente tan frio… el piso, las paredes,
parecen de permafrost, frente a él está Raúl, sentado, pensativo, analiza el
resto del área, una cama, un retrete, entonces lo sabe, están retenidos, están
enjaulados.
––¿Raúl, que carajo paso?
––Discusión, Bum, y ahora
aquí.
––¿Dónde es aquí?
––Su castillo, estoy seguro,
como a diez niveles bajo tierra.
––Hace frio.
––Así es, ¿y vez esa vela? No
es de fuego, amigo mío.
Juán se levanta y se acerca,
lo nota ––Magia de Hielo…
Al lado de la reja hay un
guardia dormido, bastante imponente, y con una enorme hacha de hielo a su
costado.
––Parece que no hay escape.
––Por ahora–– Raúl se acerca
lentamente, el guardia sigue dormido, susurra ––Tengo un plan, si Jhon está
aquí saldré a buscarlo, y si no lo encuentro en el trayecto, iré a por ayuda,
pero necesito que evites que el señor hielito se dé cuenta de mi ausencia.
––¿Cómo?
––Solo habla–– Raúl le muestra
las llaves del calabozo, y prepara una pequeña figura frente a la vela, esta
genera una sombra ––Con la sombra, parecerá que estoy frente a la vela, cuento
contigo para que no se asome, solo se convincente, como siempre *guiño*.
Comparten miradas, asienten,
Raúl abre la puerta lentamente y se marcha. Ahora le toca a Juán.
Raúl nota que la mayoría de
pisos esta vacío, tal vez estén haciendo guardia en la entrada, hay cosas mucho
más importantes que dos simples prisioneros, ––A pesar de que somos
literalmente los generales enemigos–– encuentran un trozo de hielo lo
suficientemente grande y punzante, se lo lleva. ––Te encontraré, Jhon.
Raúl se fue, ahora Juán
siguiendo su plan, se sienta a la espera.
––Tu amigo es bastante
ingenioso pero dudo que logre llegar a algún sitio.
La sangre de Juán se hace
hielo, el guardia no estaba dormido, estaba esperando, pero mantiene la calma ––Si
sabias lo que ocurría ¿porque no hiciste nada?
––No era necesario, no llegará
lejos.
––No estés tan seguro, si se
encuentra a tu jefe no dudara en matarlo, y lo hará.
El guardia se levanta y se
acerca a la celda, encarando a Juán, su tamaño es imponente ––Soy Deivis, Rey
de hielo, no puede matarme si estoy aquí abajo.
Maldicion, el general enemigo
está justo frente de él ––… ¿Qué es lo que planeas?
Con una voz incómodamente
tranquila responde ––Separarlos, fue sencillo.
––¿Y por qué no lo hiciste
antes?
––Necesitaba que el más
problemático se fuera con la seguridad de que estarías bien, la mejor forma de
controlar a las bestias es proporcionándoles seguridad, ya no son un problema
––¿Por qué quieres cubrir todo
con hielo? ¿Qué es lo que ganas con eso?
––Cumplir la voluntad de dios––
Deivis alza el hacha y suavemente congela la puerta de la celda.
––Ya veo…
Cuatro pisos más arriba Raúl
sigue corriendo en busca de una salida, el castillo es enorme e imponente, se
antoja a un laberinto helado capaz de desesperar a quien sea, pero con una
voluntad fuerte sigue subiendo, no hay razón para detenerse, la salida está
justo al frente de esta enorme sala de estatuas, cuando de repente gran
cantidad de guardias y criaturas míticas aparecen, y le rodean, apuntándole con
múltiples armas de hielo.
Aprieta los dientes con fuerza
antes escupir en voz baja ––¿Entonces estoy rodeado?
Un soldado se acerca para
atarlo, pero con un ágil movimiento Raúl le apuñala con el trozo de hielo que
cargaba, al dar la orden todas las tropas comienzan a achicar el circulo que le
rodea
––No me subestimen–– Raúl saca
una picha de su bolsillo y la lanza, primero libera una descarga eléctrica
paralizante para luego explotar, entre la confusión corre nuevamente hacia las
escaleras y continua subiendo, la salida estaba abajo, pero ya no se puede
regresar, hay que encontrar una alternativa.
Luego de unas dos horas el
silencio se rompe
––¿Te gusta el kpop?
A Juán le extraña la pregunta,
no entendía bajo que contexto pero responde sabiamente, como siempre ––Si, me
gusta, ¿Cómo es que conoces el kpop?
––He estudiado algo de su
cultura en lo poco que llevo aquí, he aprendido bastante y ciertas cosas lograron
llamar mi atención.
Ambos estuvieron
intercambiando palabras, luego frases más largas, y así hasta conseguir una
conversación normal, sin miedo, al otro lado de la reja gélida, Juán comienza a
pensar que este sujeto no puede ser tan malo como creían, pero las atrocidades
que lleva a sus espaldas no se pueden pasar por alto, es el enviado de dios,
enviado para matarnos.
––Te gustan muchas cosas de la
cultura humana, pero te empeñas en destruirnos, ¿Cuál es el motivo?
––Todos llegamos al mundo con
una tarea predefinida, con un destino, tenemos que cumplir con ello porque si
no, dios se arrepentiría de permitirnos nacer.
––Entonces, hágase su voluntad
¿cierto?
––Hágase su voluntad.
––… yo opino, que no siempre
debemos hacer lo que nos encomiendan, es decir, no hay que hacer nada que no
nos gusta… a menos que te guste ver como todo lentamente muere.
––…–– Frio silencio.
––¿Disfrutas de ello?
––No.
––… A veces… yo opino que a
veces nosotros somos los que debemos elegir nuestro propio destino, uno bueno.
––Dios Sergio nos dijo que la
humanidad ha contaminado la tierra, y que es hora de purgarla una vez más, para
que lo puro regrese y cubra al frio con su calidez, como mucho antes..
––Todos hemos cometido
errores, sí, pero creo que deberían darnos el tiempo para redimirlos, pero para
ello, si en verdad queremos enmendar nuestros errores, debemos acabar con las
guerras, para que la paz nos permita perdonar, y perdonarnos.
––… tu ideología suena hermosa
y sincera, la verdad si quisiera… quiero, disfrutar su cultura, pero es de
suponer que ya es demasiado tarde.
––Nunca es demasiado tarde
mientras exista el perdón, amigo helado.
––…
Repentinamente un pequeño Asítico
entra corriendo al calabozo, parece muy agitado ––se- señor–– respira
entrecortadamente, se nota que estuvo un largo rato corriendo ––señor… el..
prisionero esca… escapoo a la emboscada… subió… tiene a lucy.
––Lucy
El rey de hielo se levanta y
avanza con ira ––No importa cuántos mueran, quiero a Lucy a salvo.
––¡¡NO!! –– Juán alza la voz ––
no es necesario que nadie muera, llévame, de seguro podré hablar con él.
Deivis se detiene y le mira de
reojo, con un aura de duda.
––Hay que poner fin a todas
las guerras…–– suplica Juán
––… de acuerdo.
––Parece que tienes mucho
valor perrita, desde que te puse esta cosa en el cuello nadie se ha atrevido a
acercarse.
La habitación se asemeja a una
enorme cúpula de cristal, el hielo es tan delgado que se puede ver el exterior,
un cielo nublado bastante nostálgico, y con enormes pilares de hielo
sosteniendo dicha cupula, finamente decorados con grabados, parece ser los
aposentos de la que ahora es rehén del Altomando Militar, una quimera de
aspecto muy humano pero con distintivos rasgos caninos, un buen ejemplo
descriptivo seria el típico personaje de anime, su aspecto es dulce pero, ––sigues
siendo otra criatura enviada del cielo a matarnos–– Bastante delicada, Raúl la
tomo de rehén y desde entonces ninguna de las bestias al otro lado de la sala
se han atrevido a dar un solo paso hacia delante, el trozo de hielo hace
bastante presión sobre su cuello, Raúl esta determinado, quiere sobrevivir a
toda costa.
Seguidamente entran Deivis y Juán
a la sala, Deivis comienza a caminar de frente y con un aura espectral, con una
voz muy baja y tranquila, habla ––Suéltala.
––Nop–– Raúl comienza a jalar
del cabello de la quimera con más fuerza, Deivis se detiene en seco, en sus
ojos se nota la ira, a pesar de ser fríos, arden con odio.
Juán da un paso al frente y
alza la voz ––Raúl ya basta, hay que usar la cabeza, podemos llegar a un
acuerdo.
––¿Juán? Tienes suerte de seguir
vivo, ¿Qué coño haces allí?
––Estamos tratando de alcanzar
la paz, pero tenemos que calmarnos un poco, no nos van a matar, tú con--
––¡Cállate!, siempre has sido
un ingenuo manipulable, mira donde mierda estas parado, estas rodeado de una
horda de enemigos, ¿crees que no te mataran? Somos los líderes del bando
contrario, efectivos valiosos, en un dos contra cien.
––¿No crees que ya nos hubieran
matado? Imbécil impulsivo.
––¿No ves que tengo un rehén
importante?, imbécil, sé que crees que con el dialogo se puede resolver lo que
sea, pero no siempre será la salida, solo míralos, son animales, ellos llegaron
y comenzaron a matar a los nuestros sin piedad, sin sentido y sin motivo.
––… Estoy seguro de que puede
haber una forma.
––Estas vivo por que te
necesitan, te quieren para dialogar conmigo, son salvajes, son el enemigo y
todos deben morir–– Raúl presiona el trozo de hielo con más fuerza ––Debes de
entenderlo de una vez por todas, son ellos o nosotros, debes dejar de sentir
piedad por los que no dudaran en matarte, aprovecha y escapa.
––…–– Juán no tiene nada que
decir ya, Raúl es terco, no cambiará de opinión, en parte tiene razón, y en
parte no, pero en estos momentos no puede pensar claramente, dentro de su jaula
mental comienza a desesperarse.
Y Deivis también.
Pasan unos segundos de silencio
y tensión total, y al primer gemido de dolor de Lucy, el Rey reacciona, con un
fugaz movimiento descarga magia de su hacha, alzando un punzante pico de hielo
desde el frio suelo directo a la garganta de su enemigo.
Pero Raúl es un soldado, y está
dispuesto a dar la vida por sus principios, y en un todo o nada no solo su
vida, también la de otros. Rápidamente mueve a su rehén a la trayectoria del
pico, al darse cuenta de esto Deivis se detiene, pero ya es demasiado tarde, en
una fracción de segundo, Raúl es bañado por la sangre de lo que yace muerto en
sus brazos, Deivis cae.
Toda la horda comienza a movilizarse,
Juán intenta escapar pero es atrapado, los escucha gritar, “morirán con dolor”,
Raúl intenta correr pero entabla combate con un asítico bastante ágil, todos
están listos para desatar el infierno dentro de la cúpula, pero Deivis una vez más
usa su magia y les congela los pies a todos.
––¡¡¡YA BASTA!!! –– despacio,
se levanta, se tambalea de frente y se deja caer junto al cuerpo de su amada
amiga, su única familia. ––No más guerra…–– fue allí cuando lo entendió, Deivis
también es inteligente, y no le costó entender que la batalla que estaba librando
era una de sufrimiento, cada persona que muere, muere dejando atrás a la gente
que quiere, lo entendió cuando su única familia yacía muerta frente de él,
ahora son lagrimas las que brotan de sus ojos. ––No más sangre…
A través del polvo como un titán,
surge la imponente figura de un semidiós, abalanzando el hacha sobre su rival, Juán
salta hacia atrás pero rápidamente Deivis vuelve a arremeter, esta vez con un corte
horizontal, Juán se agacha, pero el hacha frena en seco y corta diagonalmente,
es un no parar de esquivar ataques, la determinación del adversario es
increíble, Juán se pone en guardia una vez más pero divisa un nuevo ataque de
frente, bloquea con Fiora y esta es mandada a volar, solo queda huir, entre el
mar de cadáveres y de niebla se abre paso en busca de su espada, Juán llora, se
siente frustrado, pero sigue adelante, cuando la encuentra vuelve a ponerse en
guardia, esta vez no ve a su adversario, lo que si ve es como por su lateral
izquierda una hilera de afilados picos salen del suelo hacia él, salta hacia
delante, pero su pierna es cortada por el frio filo, grita de dolor, el hielo
puro quema como el fuego, pero vuelve a levantarse, carga con magia, necesita
vencer, ataca de frente a la silueta del enemigo, tres estoques directos al
corazón.
Pero ninguno acierta,
bloqueados como si nada por la hoja del enorme hacha, Deivis toma a Juán por el
cuello, sería su fin de no ser porque un tanque cae del cielo y estalla al lado
de nuestros combatientes, son lanzados con ferocidad, Deivis se levanta rápido
pero Juán no, su pierna duele, su espada está cerca, a rastras la recoge pero
su cuerpo ya no puede más, le cuesta respirar, el polvo se disipa una vez más y
en el cielo, un enorme dragón rojo baja hasta ellos, recoge a Juán y se larga.
El dolor lo deja
semiinconsciente, observa el campo de batalla desde las nubes, bengalas rojas
cubren el terreno, los tanques de los enanos que llegaron como refuerzos son
destruidos como madera a manos de los gigantes.
Perdimos la batalla.
Desde el suelo el Rey observa,
conservando la calma y una mentalidad de acero, su presa se ha escapado por
ahora pero no lograra esconderse, su alma es fría, no siente remordimiento,
está determinado a recuperar lo que se ha perdido, se lo prometieron. Retoma la
marcha hacia el sur, la guerra no ha terminado.
Los tres líderes se reúnen en
la Command Table, el cielo esta nublado y todo a su alrededor yace cubierto por
un ahora grueso manto de nieve, Juán esta exhausto, no puede expresar con
palabras el sentimiento de angustia que yace dentro de él.
Jhonathan con cigarrillo en
mano, observa el techo mientras busca en su mente algún tipo solución rápida a los
problemas que les pesan.
Requena al otro lado de la
mesa, cubierto de sangre coagulada, masajea sus sienes, pensando en si sus
soldados seguirán con vida, o si ya todos han muerto. Se levanta y golpea la
mesa.
––¿Intentas llamar la atención
ahora? –– Jhonathan se molesta por el repentino golpe, que ahoga por unos
segundos la atmosfera de inquietante calma.
––Esto no puede terminar así,
tiene que haber una forma, una manera de remontar.
––No la hay–– Juán mira hacia
el techo ––Le dimos con todo, y nos violaron.
––Tenemos que idear algún tipo
de estrategia, que tal si usamos a Lil Peep--
––Patuleco–– Jhonathan
interviene.
––Patuleco o Lil Peep, ¿cómo
se llama por fin el dragón?
––Depende de mi estado de ánimo.
––Muy bien ¿y se puede saber
en dónde está?
––Se fue.
––…. Como que se fue
––Se fue volando, ya volverá,
en algún momento.
––Arrogante.
––Ingenuo.
––Cállense un maldito momento por
favor, quiero relajarme algo–– Juán interrumpe.
––¿Cómo nos vamos a relajar?
––Y yo que voy a saber, me
duelen los malditos huesos, estoy harto, quiero pensar en que los civiles
evacuaron a tiempo, ahora solo nos queda escondernos a esperar a que pase la
tormenta, esta vez no hay nada valioso que arrancarle a Deivis como hizo Raúl
la última vez, pronto el castillo será invadido y nosotros discutiendo por un dragón
––No es cualquier dragón, Juán––
Jhonathan aspira de nuevo
––Es tu dragón, ¿pero qué
podemos hacer si no luchar?
––No podemos dialogar… a pesar
de alguna vez ser nuestro amigo, ahora nos intenta matar…––Requena se da cuenta
de lo difícil que es la situación, a pesar de todas las caídas siempre lograron
levantarse, juntos, pero esta vez no se tiene estrategia, no hay planes
secretos, no hay tropas, no hay armas… el enemigo ataca directamente, y la
cabeza enemiga avanza junto a sus hordas, si Juán no lo consiguió matar con su
espada, es un rival poderoso puesto que el único capaz de usar magia es el
joven ahora sentado a su izquierda sin saber qué hacer, ¿qué se le puede
imponer a dios?
––Maldición.
Una hora de respiro, solo una
hora, una hora que estuvo Deivis arrasando con la ciudadela, hasta llegar a la
entrada del castillo, levanta su hacha al cielo y carga magia de alto poder,
primero se ve un destello y de un segundo a otro todo el castillo y el resto de
la ciudadela se cubre de hielo, con otro golpe fugaz destruye la entrada al
castillo, comienza el último asalto a la capital.
––Bien, ¿ahora qué? mi culo se
quedó pegado a la silla–– dice Requena mientras intenta separarse del hielo.
––Creo que nos llegó la hora––
Juán toma la espada
––Supongo que es hora de
actuar–– Jhonathan apaga el cigarrillo.
––Hay que mantenerlo aquí el
tiempo suficiente, que la gente pueda escapar, nuestra misión ya no es ganar,
nuestra misión es luchar por nuestra gente, por lo menos que ellos logren vivir.
––Hasta que el cuerpo aguante.
La horda de Sergio se desplaza
lentamente por el hall principal, los Driders caminan por los techos mientras
que los Huargos analizan el terreno, atrás de ellos esta Deivis, que con paso
firme se adentra al castillo, su objetivo se encuentra subiendo las escaleras,
muy a lo alto.
––Carambanito frenético está
en el hall, cambio–– anuncia Requena que se encuentra escondido arriba de las
escaleras
––Entendido, inicien el
protocolo inmolar-resistir–– contesta Juán en tono firme desde la Command Table.
––Iniciando–– Jhonathan activa
un detonador dos pisos más arriba de Requena ––No volveremos a perder este
castillo, si moriremos por lo menos nos lo llevamos con nosotros.
Acto seguido estalla el techo
del hall principal, los Drider desequilibrados caen al suelo mientras ven como
el primer piso se les viene encima a todos en la sala. Deivis rápidamente corta
con el hacha un trozo de cemento que casi toca su cabeza, seguido crea una
cúpula de hielo puro protegiéndolo de la lluvia de escombro.
Los pequeños han sido
eliminados, pero Deivis y los gigantes de distintos tamaños siguen avanzando,
toman las escaleras hasta el segundo
piso donde los espera Requena al otro lado de lo que sería el comedor principal
del castillo.
––tiempo sin vernos Deivis,
desearía que nuestras circunstancias fueran totalmente distintas, pero
lamentablemente no es así.
––Palito…
Requena activa todas las
torretas automáticas en el comedor, la lluvia de balas azota ferozmente a las
criaturas, pero Deivis reacciona rápido y coge cobertura detrás de su hielo,
las balas rebotan por todos lados, pinturas, jarrones, estatuas, cantidad de
decoraciones con siglos de antigüedad, todo es destruido.
––Lo que estamos haciendo aquí
no tiene nada de importancia, ni siquiera un quinto de tu ejército está en esta
estructura, pero importa para nosotros, daremos toda la pelea que sea posible,
hasta que el cuerpo…
De un segundo a otro toda la
sala fue atravesada por picos de hielo, todas las torretas fueron destruidas de
un segundo a otro, Deivis salta hacia Requena y arremete con su hacha, Requena
esquiva y consigue escapar el impacto del poderoso placaje deja un cráter en la
estructura y metralla por todos lados, el Bandido continua corriendo, esquiva
una mini trampa, Deivis no, de un segundo a otro varias granadas cegadoras
estallan.
––maldito. JHONATHAN INMO— y
como un soplido un Zorro fantasma salta de la nada y derriba a Requena.
––¿Requena? Háblame, cambio––Jhonathan
se impacienta está a punto de ir a por el cuándo la radio comienza a hablar.
––Permanece en tu sitio Jhon,
Requena estará bien–– Juán habla firme, confía en que todos cumplirán su
cometido.
––Pero Juán.
––Apégate al plan, el dará la
orden.
Requena una vez más esta cara
a cara contra un animal feroz, el Zorro Fantasma es más pequeño que el Huargo,
pero a diferencia de este, el zorro es capaz de camuflarse como si portase
algún dispositivo de invisibilidad, de allí su nombre, eso y que su pelaje
blanco le asemeja mucho a algún fantasma que de buena gana decidió llevarte con
él al cielo, o al infierno. Con su mano izquierda coge a la bestia del cuello y
con la derecha saca su revolver de pulso pero para su infortunio su otro rival
comienza a pasar el efecto de la cegadora, rápidamente dispara a la pared y
acierta a uno de los explosivos, estalla y les manda a volar, ahora un muro de
escombros separa al Rey del Bandido, este último se coloca en guardia pero la
bestia vuelve a desaparecer, salta atrás de él y nuevamente es lanzado contra
el suelo, su revolver cae cerca de la pared, lo que lo separa de su arma ahora
es un cazador peligroso en cuatro patas, sabe que no puede huir sin ser
perseguido, no le queda más remedio que luchar.
––He estado yendo al gym,
maldito–– Rápidamente salta hacia el zorro, este lo esquiva y contraataca,
requena es empujado contra la pared de escombros sometido ante la fuerza del
animal mágico, acto seguido desde su izquierda, picos enormes de hielo
comienzan a atravesar la pared, salta hacia su derecha dejando al zorro atrás,
coge su arma y le dispara en el costado, luego en el cráneo.
––Jhonathan, inmolar.
Suspira de alivio ––voy voy––desde
el cuarto piso Jhonathan activa un segundo detonador y todo el comedor es
reducido a cenizas.
El castillo se empieza a
desestabilizar.
Nuestros héroes corren hacia
la Command Table.
––JUÁN COMO SIGUES DE LA
PIERNA.
––Sigue sin funcionar.
––Pues tendrá que funcionar–– Requena
toma a Juán y comienza a arrastrarlo al balcón
Jhonathan se adelanta a este ––¡¡¡Patuleco!!!
¡¡¡Patuleco retirada!!!
––Ten listo el temporizador Jhon––
Juán exclama ahogando el dolor, pero su plan de escape se irá a la mierda, Juán
empuja a Requena hacia el balcón a la vez que se impulsa hacia atrás, en
cuestión de microsegundos el suelo se corta y surge una enorme pared de hielo
tan delgado que pudo haberlos cortado a la mitad, todo en muy rápidos segundos.
El Rey Sabio cae de espaldas
sin poder levantarse, su pierna está congelada con magia, a su derecha esta su
espada y a su izquierda, en la entrada un gigante con un enorme hacha se alza, vino
a acabar con su cometido.
––¡¡Mierda, Juán!!, ¿Requena,
estas bien? ––Jhonathan se sitúa al lado del Bandido.
––Sí, estoy entero, por poco,
¡Juán! ¿Estás bien?
––Sí.. –– Juán se detiene, el
piso más allá de la pared de hielo comienza a ceder.
––Carajoción–– Jhonathan
pierde el equilibrio y cae sobre Requena ––Ya vamos Para allá jua--––
De un segundo a otro el enorme
dragón coge ambos y los saca del balcón ––mierda mierda mierda patuleco vueeeeeeeeeel––
no hay tiempo para hablar, el dragón maniobra agresivamente, está recibiendo ataques
desde abajo para luego ser perseguido por una Anivia.
––maldición, Juán–– susurra Requena
mientras el dragón se los lleva rápidamente al sur.
Miedo.
Hace frio.
Es lo único que puede pensar,
miedo a morir, mientras se congela desde adentro, el dolor de su pierna se
extiende hasta su cadera, parece que los minutos están contados, y la cuenta
atrás comienza.
––Pero no moriré sin pelear–– Juán
toma la espada y la usa para apoyarse, el dolor es infernal, pero solo le queda
aguantar como un hombre, ha pasado por mucho como para perder aquí.
––No me volveré a acobardar… jamás––
Juán se pone en guardia, Deivis
alza el hacha y sin dudarlo ataca de frente, Juán frena el ataque y la onda
expansiva quiebra el hielo que antes lo separo de sus amigos, corte horizontal,
corte vertical, estoque, intenta pero nada acierta, carga de energía, pero el
hacha al estar hecha de magia bloquea todo con precisión, Juán se desgasta con
cada movimiento, pero Deivis sigue recto y determinado, quiere acabar con esto
rápido. Con el hacha de costado golpea a Juán y lo avienta al otro lado de la habitación,
se estrella contra la pared y vuelve a quedar paralizado, no siente las extremidades
inferiores, y la sangre sale de su boca. Con el mayor esfuerzo logra sentarse,
tiene la mirada perdida, toca su sangre y se siente helada, ahora todo arde.
“Siempre has sido un ingenuo manipulable”
“Crees
que con el dialogo se puede resolver lo que sea, pero no siempre será la salida”
“Son el enemigo y
todos deben morir, debes de entenderlo de una vez por todas, son ellos…”
––“o nosotros”… pensaste así
hasta el día de tu muerte, hermano. –– la espada se clava en el piso y una vez más
la utiliza para levantarse. ––te extraño amigo mío, al final las almas a tu
espalda te arrastraron al infierno… siempre habrá otra manera–– una vez más, en
guardia.
Deivis arroja el hacha con
fuerza, Juán salta y la esquiva, no siente las extremidades pero las mueve de
todas maneras, recupera el hacha y se lanza de nuevo contra Juán, este se
levanta y con un giro de cadera choca su espada contra el arma del oponente,
esta vez no hubo onda expansiva, solo un chispazo, y Juán fue mandado a volar
una vez más. De rodillas obliga a su voz a salir de su frio pecho. ––¿Por qué--
haces esto? Hermano--.
Deivis se detiene por un
segundo, y sigue caminando.
––Hermano… ¿por qué? Lo haces,
somos-- tus amigos.
Deivis sigue avanzando
––Por favor.
El hacha brilla, Juán rueda,
de un segundo a otro el hacha se clava en el suelo con fuerza, el suéter de Juán
es arrancado, lo esquivó por poco.
––Deivis, ya no.. Quiero.. ––
La voz de Juán se ahoga, el dolor es insoportable ––ya no.. luchar… no-- quiero
luchar…
Ataque tras ataque, esquivada
tras esquivada, Juán cada vez se acerca más al destruido balcón.
––Deivis, soy tu amigo… cuando
te condenaron yo-- yo te ayude a salir… recuer ¿recuerdas?.. luego de haberlo
perdido todo, yo te di una segunda oportunidad… no digo que soy tu dios o algo así…
te ayude a-- integrarte… conocist–– rueda, otro golpe con hacha ––conociste a Jhonathan,
a Deiniel, por por por por favor *cujun*
*cujun * ––sus pulmones se congelan–– el kpop, el anime, los ratos de charla, ¿no
recuerdas nada..? –– Otro ataque con hacha, nueva esquivada ––Por favor, dime
la razón.
––Ella dijo que El me
devolvería a Lucy, daré lo que sea por recuperar a mi familia.
––Creí que-- éramos familia–– Juán
se vuelca al borde del balcón, está a punto de caer, comienza a llorar de la
frustración. ––Deivis entiendo que deseas recuperar aquello que perdiste, pero
no puedes vivir-- vivir pensando en lo que pudo ser, todos tenemos… tenemos
cicatrices, todos hemos perdido, pero hay que seguir… ade… A…. de… d.. –– al borde de la hipotermia,
Juán ya no es capaz de mover su boca, si no lo mata el hacha lo hará el frio.
Deivis se sitúa al borde del
abismo, al lado de su contrincante, alza su arma al aire para asestar el golpe
de gracia, ya no tiene sentido seguir con esto.
––He.. he…. no..
“No más guerra”, como un
flashback los recuerdos se abren en su mente, cuando se encontraba tirado en un
calabozo sin nada por lo que vivir, y un sujeto, prácticamente un niño abrió la
celda y le ofreció una mano para levantarse y seguir adelante.
––“no más sangre”… supongo que
lo he olvidado–– lentamente baja el hacha y la sostiene con sus dos manos ––tengo
muchos recuerdos buenos, cuando conocí a Lucy prácticamente era un recién
nacido, nací como un asesino, y aun así me diste la oportunidad de vivir.
––Nunca----- es---
tarde-- el perdón--- migo hela- do.
––…
––ARRRRRRRRRRRGHHHHHHHH–– Juán
exclama un grito de dolor por la dolorosa contracción de sus músculos causada
por el repentino cambio de temperatura. La magia se ha ido.
––Supongo que solo he sido un
egoísta… que merece el exilio al que se condenó hace mucho.
––Mientras exista el perdón…
siempre podrás regresar, hermano…
––Ya hice suficiente–– acto
seguido el Rey del Hielo se marcha, y el gélido manto del castillo comienza
lentamente a derretirse.
––Gracias por dejarme vivir…
maldito bastardo.
Y allí, a las orillas del
balcón, nuestro héroe se desmaya.
Afuera de la ciudadela, el Diacono
observa como el hielo del castillo se derrite, sin embargo continua guiando a
la gente en su éxodo, pues sabe muy bien que esto está lejos de terminar.
––Así que… ¿este es el
infierno del que tanto hablan?.... no tiene nada de especial solo huele a
mierda… pero no se ve nada, aunque, siento muchas cosas raras… maldición huele
mal, coño……… …….. …… ¡¡¡¡no aguanto mierda déjenme salir!!!!–– Abre los ojos y
nota una luz, hace el esfuerzo pero sus brazos no se mueven ––estoy condenado a
estar en el infierno entonces… ¿pero que hice?... ¿será por la venganza? ¿Por
matar y hacer sufrir? Se lo merecía… pero se escuchan… ¿¿pajaritos en el
infierno?? –– un último esfuerzo, su brazo derecho se libera y se abre paso
hacia la luz, y como un muerto viviente, Deiniel se alza de entre el mar de
cadáveres.
Se sienta y mira a su
alrededor. “paja…” es lo único que puede pensar, a su alrededor solo hay un mar
de cadáveres, animales muertos y partes del cuerpo cercenadas, maquinaria
destruida y columnas de hielo. Al oeste más de lo mismo, y al este el sol se
levanta en el horizonte. ––Cuanto… tiempo he estado aquí…––
Comienza a caminar entre los
cadáveres, están tan acumulados que es imposible no pisarlos, el respeto tendrá
que omitirse en esta ocasión, se arrodilla junto al cadáver de Nasas, lo
levanta y sigue hacia el bosque.
Un metro de profundidad, su
cuerpo no le da para seguir cavando, lamentablemente así quedara la tumba de su
amiga, la entierra y regresa al campo de batalla, coge un escudo de hierro
negro, revisa que su pistola aun funcione, parece que sí, se arrodilla ante la
tumba de su amiga y procede a rezar para luego marcharse hacia el bosque.
“un enorme pico de hielo…” Deiniel
describe en su mente lo que ve frente de él, de aproximadamente 10 metros de
alto, es obvio que fue resultado de la magia helada, pero lo inquietante se
haya a pies de este, un campo de muerte, cadáveres por doquier, resultado de
una batalla, todos son criaturas enemigas semicongeladas, ¿qué es lo que está
pasando? Para su sorpresa la capa de nieve alrededor del pico helado se mueve,
poco a poco se va acercando, pues a estas alturas puede pasar lo que sea, su
enorme sorpresa viene cuando reconoce al sujeto atravesado por el objeto
punzante.
––¿Deivis?–– parece inédito,
pero el rey de hielo, el jinete del apocalipsis, se encontraba semimuerto en la
nieve, herido por su propia magia. ––Deivis… qu ¿Qué paso?
––No…. S…
––No hables…–– Deiniel no es
estúpido, los recuerdos del día de ayer permanecen vivos en su cabeza, sabe
quién fue el causante pero, no puede evitar apiadarse de su antiguo amigo.
––vol- -..verá…
––¿Que volverá?
––Perdón…
La conversación termina allí,
un pequeño intercambio de palabras, fugaz, pero que de alguna manera le llena
de determinación.
Y del deseo de vengarse.
“Ya no deseo paz”
Hielo…
En las
profundidades del bosque Asítico el caballero Deiniel procede a pie en busca de
su objetivo, hace meses que comenzó esta larga empresa y con dedicación a
superado cada obstáculo que se le ha metido en medio. Cargando con la cruz de
su pasado, de sus seres queridos, de su patrimonio y su pueblo, se adentró en
el peligroso bosque armado con un escudo de Hierro Negro, tan caliente que al
tacto es capaz de quemar la piel, y un hacha de Hielo Puro, cuyo poder tan
intenso le calcinaba el brazo entero, reventando sus tendones y fundiendo sus
músculos al arma, cobijado con un manto de cuero grueso para hacer frente al feroz
viento que representaba el aliento salido de las fauces de los demonios que lo
arrastrarían al infierno. Caía la noche pero la vegetación lo mantenía todo
bien iluminado, la única diferencia es que mientras más le cubría la luna más
se moría del frío, pero su determinación lo mantenía vivo, y con a cada paso
que daba podía sentir más el peligro, y solo algo invadía su cabeza.
Miedo.
“Dios ya no está
con nosotros, nos abandonó de nuevo, y esta vez nos quiere probar con toda su
fuerza” ––Otra vez–– los recuerdos de aquella guerra arremetían fuertemente en
su cabeza, pero rápidamente eran ahogados por sus traumas más recientes,
vengarte no significa arreglar las cosas.
“No por mí, pero
vengaré a todos aquellos que me importan”
Perdido en sus recuerdos siguió de frente hasta que un
pequeño sonido le hizo espabilar, el viento se escuchaba fuerte pero supo
distinguir el crujido de una rama cerca suyo, ya era muy tarde, como si
hubiesen despresurizado un avión en vuelo fue arrojado con tanta fuerza que
voló varios metros hasta caer sobre la nieve tan dura como el concreto, perdió
su escudo, y estaba débil, el intenso frio no le permitía moverse, ni con toda
la tecnología térmica del mundo pudo evitar que penetrara en sus huesos, la
inmensa figura se acercaba lentamente, con lentos movimientos sacó su pistola
Vintage apodada Joel, pero esta estaba atascada con hielo, el gigante se
acercaba más y más, con un fuerte golpe logró destrabarla y a continuación
disparó, pero las balas no le hacían nada, con otro golpe fue mandado a volar
una vez más para ser detenido esta vez por un árbol, ya no podía ver con
claridad, con sus últimas fuerza se levantó y echó a andar hacia cualquier
dirección con el fin de alejarse de la criatura, no podía morir allí, no
después de tanto, resbaló por una colina y rodó hasta la base, fue allí cuando
se dio cuenta de que no podría hacer nada, se hallaba congelado, golpeado, y
rodeado por un ejército de gigantes, frente a una nueva reina de hielo.
Frio…
Próximo Episodio: Calor
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